jueves, 26 de marzo de 2020

Paisajes de agua (V): El embalse del Infierno



Lugar del antiguo embalse o charco del Infierno



Este paisaje de agua o punto de interés decimos que es el 5º (V) porque le anteceden en el blog:
1º.- La presa y el molino de Sofío. Entrada 91
2º.- La presa y el embalse de José Torán. Entrada 93
3º.- Los característicos pozos embovedados de La Puebla de los Infantes. Entrada 99
4º.- El Huerto del Moro. Entrada 107



Detalle del muro de la presa










                                                                 



Recodo del arroyo El Infierno que se aprovechó para el embalsado


Como comprobaremos todos ellos tienen un denominador común: las funciones y el significado de sus aguas en un espacio más o menos amplio, casi todos recogidos en las cartografías y son referentes desde antiguo, tienen su historia, han sido transitados por muchas personas que los conocen, no solo por sus dueños en el caso de que estén en una propiedad privada, nos causan admiración, recuerdos y por qué no incluso emociones, que se acentúan en unas estaciones del año más que en otras.
El embalse del Infierno también es conocido en La Puebla como "charco del Infierno", entendiendo que este topónimo lo va prestando el arroyo que desde su nacimiento hasta su salida del casco urbano lo nombramos como "de La Medina" y a partir de la huerta de José María pasa a llamarse "del Infierno", que recorre el valle al que le da nombre, de Sur a Norte. Recibe por su izquierda las aguas del arroyo El Álamo y las del regajo del cortijo El Monte y por la derecha el regajo del Huerto del Moro que curiosamente se llama también "regajo del Infierno", en total 4 topónimos con tan extraño nombre; pero en La Puebla estamos familiarizados con él porque sabemos que se debe a una leyenda medieval ( Ver entrada nº 20 de este blog).




En primer término la caseta de motorización y bombeo para riego cuando estaba autorizado




Parcela entre el cortijo y la presa que se regó












Antes de empezar a encajonarse para enfilar su bajada hasta su desembocadura a unos 2 kms. en el río Retortillo, afluente del Guadalquivir por su derecha, los propietarios de la dehesa, por entonces la familia López-Martínez, heredera de D. Raimundo Martínez Valiente, antiguo Alcalde de La Puebla,  construyó una presa frente a su cortijo "La Huerta de la Virgen" en 1920, con funciones de abrevadero para su ganado y en su caso para riego de forraje también para el ganado. Dicha presa se construyó con hormigón armado, tenía una altura media de unos 5- 6 metros unos 2 m de grosor (salvo en los vanos de las dos compuertas-aliviaderos) y una longitud de coronación de unos 30 m. La superficie aproximada de embalsado unos 1500 m2 . El volumen de agua embalsada fue siempre muy aleatorio. La presa tenía y se conservan dos compuertas metálicas que se accionaban manualmente desde el muro para aliviaderos cuando se preveían caudalosas venidas de agua de este arroyo en épocas de gran pluviosidad (noviembre y diciembre sobre todo); y dos desagües de fondo, también compuertas metálicas accionadas desde arriba para regular el nivel del embalsado.


Fuente ( galería de agua) de la Huerta de la Virgen

De este embalse del Infierno debemos referir que en la década de los años cincuenta la propiedad de entonces de la dehesa, la familia Gómez- López devota de la Virgen de los Remedios a la que le dedicaron una capilla o ermita en su cortijo propiciaron que el pueblo organizara una romería los días 8 de septiembre de acuerdo con el cura párroco. Los romeros participantes iban andando al Collado por el camino público de Los Molineros con sus viandas y en el cortijo se le ofrecía una misa a esta Virgen, posteriormente los dueños ofrecían la posibilidad de abastecerse de agua de la rica fuente de la Huerta de la Virgen (CTF 12285) y recoger frutas de la huerta para la comida campestre que tendría lugar posteriormente en un hermoso paraje de fresnos en la desembocadura del arroyo El Infierno 2 km más abajo. Mientras los mayores estaban en estos quehaceres, los adolescentes y jóvenes, dada la fecha, aprovechaban para bañarse en el embalse o charco del Infierno. Desde entonces y aunque la mencionada romería tuvo sus años contados, posteriormente la chavalería, a hurtadillas, continuó utilizando esta forma de baño en los meses del verano.
Hemos estado a primeros de marzo a visitar este hermoso lugar del recodo del arroyo y la presa, aprovechando que ahora este tiene caudal de aguas claras que le aportan los regajos de la sierra.




La Puebla de los Infantes desde el entorno del embalse del Infierno