miércoles, 2 de diciembre de 2020

La hoja del otoño no renuncia a la vida

 

                                                             

 

En estos tiempos de pandemia en que la reflexión ocupa su hueco  a diario, cualquier tema te puede llevar a ella. En un día otoñal y esplendoroso tras la lluvia, disfruto por La Dehesilla y su arroyo. En un tramo de su cauce en el que corre una tímida agua observo cómo flotan  las hojas amarillentas de los chopos de la ribera, y pienso en el ciclo del agua, en el ciclo de la vida en la Naturaleza, en los pequeños seres animales y vegetales que tengo a mi alrededor, cada uno con su afán, aferrados a la vida. Se me ocurre entonces plasmar en un poemita lo que resultará ser al final un canto a la vida ejemplificado en una humilde e insignificante hoja caduca del otoño, como invitándonos a que optemos nosotros también por la vida, que supone optar por la esperanza, por las ilusiones y los sueños que todos debemos tener.





Y si además queremos que sea una opción por la Vida con mayúscula, tenemos que llenarla de satisfacciones y que cada instante sea una oportunidad para el disfrute: oportunidad para el amor, el perdón, la búsqueda de la verdad, la unión con otros/as para acciones positivas que mejoren la vida del Planeta y la de nuestro prójimo, la ayuda, la alegría, la paz, el respeto, la comprensión, la reflexión, la compasión, el compartir, el trabajo bien hecho y responsable, la sonrisa y las buenas maneras, la amistad sincera y duradera...