Nos estamos refiriendo al espacio
comprendido a la izquierda de la carretera SE- 7105 según vamos desde La Puebla
a Peñaflor, entre el cordel de
Hornachuelos, que sirve de límite entre los dos términos municipales, el río
Retortillo y el espacio de Malapiel. Este cordel, que vendría probablemente de
Constantina y La Puebla colinda con el Alcornocal de Almenara, en la parte de
Peñaflor, y los Ganchales de la Virgen y
las Carboneras en la parte de La Puebla . Desde muy antiguo los habitantes de uno y otro pueblo han convivido
en propiedades limítrofes, sobre todo de olivar y monte bajo en este espacio,
compartiendo afanes, ayuda mutua y amistad, y han realizado actividades
similares a lo largo del cordel: pastoreo y caza, fabricación de cal y de
carbón y picón. La vía pecuaria de referencia cruzaba el río Retortillo por el
vado de La Gitana atravesando a continuación Pajares y la Vegavita, ya en el término de Palma del Río. Actualmente este paso es imposible al encontrarse
cortado por el embalse de derivación del río Retortillo o de Malapiel.
Calera de los hermanos Santana Asenjo en el cordel de Hornachuelos a la altura de los Ganchales de la Virgen |
Pero no era esta la única vía pecuaria
que atravesaba El Turruñuelo , en tanto que existía otra que desde Lora del Río
y Setefilla atravesaba Almenara y venía hacia la zona de La Cerquilla y huerta
de los Brasoles, para unirse con el cordel descrito más arriba.
Para El Turruñuelo ha tenido desde
siempre un significado especial el río Retortillo, el Tortiello medieval, el
río torcido o retorcido, y las cuevas y demás abrigos naturales junto a su
ribera, por su enclave estratégico junto al agua, fuente de vida. Dichas cuevas
no hay que ser muy docto en la materia para comprender que debieron servir a
muchas poblaciones nómadas desde épocas prehistóricas.
De la Edad del Bronce existe un
importante yacimiento, más cercano a La Puebla que a Peñaflor, la Mesa Cordobesa ( I y II), como sus nombres indican, ocupan una mesa de
forma alargada de gran valor defensivo y estratégico. Rodeada en parte por los
barrancos producidos por el río Retortillo, el flanco menos protegido se
defendió con un lienzo de muralla que a la vista de hoy parece una gran
acumulación de piedras. En la vertiente sur, a pesar de que la pendiente es muy
acusada, parece que también se construyeron muros defensivos discontinuos en
sucesivas terrazas. El poblado, por los hallazgos superficiales, debió tener una
gran extensión, aunque es probable que en su interior el hábitat fuera
disperso, como ocurre en otros poblados tartésicos coetáneos. Su función
estratégica y su cualificación defensiva debió complementarse con el control de
la ruta que conduce a la sierra y, quizás, con la explotación de las minas
cercanas. No obstante, a diferencia del asentamiento vecino de El Turuñuelo-La
Cerquilla, en su superficie no se registran escorias ni restos de actividad
metalúrgica.
La Cerquilla de época tartésica y turdetana, ( siglos X-IX hasta finales del III a. C.) todo un oppidum o fortificación amurallada, reforzada con bastiones, en una mesa de aproximadamente 6 hectáreas. La presencia en superficie de numerosas ánforas “turdetanas” y de escoria de mineral parece indicar su carácter de mercado y enclave orientado al acceso a la sierra y a los cotos mineros (Ferrer y otros 2002).Este asentamiento pudo ir desapareciendo a partir de la época romana.
La Cerquilla de época tartésica y turdetana, ( siglos X-IX hasta finales del III a. C.) todo un oppidum o fortificación amurallada, reforzada con bastiones, en una mesa de aproximadamente 6 hectáreas. La presencia en superficie de numerosas ánforas “turdetanas” y de escoria de mineral parece indicar su carácter de mercado y enclave orientado al acceso a la sierra y a los cotos mineros (Ferrer y otros 2002).Este asentamiento pudo ir desapareciendo a partir de la época romana.
Torreón cónico izquierdo de los dos que conforman la entrada a la fortificación tartésica de La Cerquilla |
Ya en el siglo XV sabemos que los abrigos
naturales de El Turruñuelo sirvieron de
refugio tanto a personas de ambos pueblos que huían de las temibles pestes (
gripes mortíferas, quizás por la falta de una alimentación e higiene adecuadas)
y a eremitas o ermitaños ( personas que, viviendo en soledad, se dedicaban a la
oración y a la penitencia).
Cueva de El Turruñuelo frente al antiguo convento de San Luis del Monte |
Se relata en el acta fundacional del convento
de San Luis del Monte, que se produjo por aquel tiempo un grave contagio, con
muchas muertes en lugares a orillas del Guadalquivir, dedicándose fray Juan de La Puebla y sus hermanos
franciscanos de Hornachuelos a la asistencia espiritual a los contagiados y a
dar sepultura a los difuntos, cuando resultó también contagiado de la peste el
hijo de los señores de Palma D. Luis Portocarrero y D.ª Francisca Manrique,
siendo requerido Fray Juan para que lo asistiera. He aquí que el hijo llegó a
curarse tras la intervención del venerable franciscano y sus padres, agradecidos, le ofrecen ayuda en
la fundación del convento que también pretendía levantar junto al Retortillo4.
Restos del antiguo convento de San Luis del Monte en El Turruñuelo fundado en 1492, año del descubrimiento de América |
Efectivamente le conceden un lugar equidistante, a una legua, de
Estos frailes del Turruñuelo,
colaborarían junto con los de Hornachuelos en la construcción del convento
franciscano, y su magnífica Iglesia, de Palma del Río y posteriormente en el
siglo XVIII a petición de las autoridades y los vecinos de Peñaflor se
trasladarían a esta población, a un edificio del mismo nombre que les ayudaron
a construir en la calle Largo (hoy Juan Carlos I)
Finalmente, señalar, que en límite Sur
de este espacio natural, y ya en terrenos de Malapiel, también junto al
Retortillo y sobre una mesa, permanecen en pie restos del castillo almohade de
El Toledillo (S. XI-XII) de gran significación histórica y arqueológica. Entre
ellos, destacaríamos la torre del homenaje y el aljibe así como los abrigos
naturales que lo circundan, señal inequívoca de anteriores asentamientos en
este lugar.
Notas
aclaratorias de Rafael Velasco:
1.- Fray Juan de La Puebla nació a mediados del s. xv en Puebla de
Alcocer, hijo primogénito de los condes de Belalcázar, inició su vida
religiosa como fraile jerónimo, optando
posteriormente por la vida más austera de los franciscanos.
2.- “El monte”, sinónimo de lo que hoy denominaríamos
como “la sierra”
3.-El nombre de Santa Mª de los Ángeles le viene del
primer convento fundado por los seguidores de San Francisco en el lugar en el
que el santo prefería orar cerca de Asís: en una “ porciuncula” ( en español:”pocilga”).
4.- El
nombre de San Luis del Monte le fue puesto al convento por haberse fundado bajo
la advocación de San Luis, obispo de Tolosa y también fraile franciscano, a
instancias del señor de Palma D. Luis Portocarrero. El nombre de San Luis lo
tomaría también la huerta que ha tenido actividad hasta tiempos recientes.
5.- Los dominios del Mayorazgo de
los señores de Palma comprendía gran parte de los actuales términos municipales
de La Puebla
de los Infantes, Peñaflor y Palma del Río; con importantes posesiones en Écija.
D. Luis Portocarrero había obtenido el señorío de La Puebla de los Infantes en 1467.Lógicamente fue
dueño también de Almenara, cuyo castillo fue fortaleza muy apreciada por él.
6.- Todavía abundan los espárragos en El
Turruñuelo, no tanto los algarrobos y las alcaparras. Estas han estado
desaparecidas durante siglos; desconocemos por qué, porque hoy se pueden criar
perfectamente en estas tierras.
7.- “( de su hijo)”. Sobreentendido. Del
autor del artículo.
Bibliografía:
. Acta
fundacional del convento de San Luis del Monte. Revista Ariadna nº 1, año
1986, del Centro Municipal de Estudios Locales de Palma del Río.
. Fray
Juan de La Puebla
y los orígenes de la provincia de los Ángeles, de Salvador Hernández González, con
citas de diversos autores.
. Memoria-
Estudios Históricos Arqueológicos. Turismo y Cultura Peñaflor (Sevilla).
Web Iltmo. Ayuntamiento de Peñaflor.
. Informe de prospección arqueológica superficial del T.M. de Peñaflor. Varios autores. 2002.
. Informe de prospección arqueológica superficial del T.M. de Peñaflor. Varios autores. 2002.