Hace muchos
años, con la protección que supondría nuestro castillo-fortaleza con su
guarnición militar, y animados probablemente por los dueños de las tierras que
circundaban nuestro pueblo, se instalaron unos monjes en las afueras de lo que
entonces sería La Puebla ,
que según se cree pudieron construir un convento con su capilla y su torre,
quién sabe si la que ahora preside nuestra Plaza de la Iglesia.
Actual torre de la Iglesia Parroquial que en parte pudo serlo de un convento anterior |
Parece ser que estos
monjes, por aquello del “ora et labora” se dedicaban en su jornada de trabajo a
la alquimia y la fabricación de medicinas. Por la noche, cuando lo dejaban todo
recogido, vertían los restos de sus experimentos en el arroyo de la calle
Llana, sucediendo que donde ellos realizaban sus vertidos, los animales que
bebieran allí terminaban por enfermar y reproducirse con malformaciones o
morir, de manera que fue creando una gran preocupación entre las personas que
gustaban de observar todos los fenómenos que ocurrían a su alrededor.
Cuando algún chiquillo se
acercaba por allí a lavarse o a charquetear, estas personas observadoras les
decían: “¡Cuidado que esa agua parece que la convierte el diablo en agua del
infierno y te puede hacer daño! De ahí que nuestro arroyo serrano que recorre
el valle del mismo nombre, tomara con el tiempo el nombre de “Arroyo del
Infierno”.
Arroyo del Infierno por Angorrilla |
Este nuestro arroyo, aunque
con un nombre un poco raro, aparece en los mapas con dicho nombre, como
afluente del Retortillo por la derecha y le recuerda a nuestros padres y
abuelos épocas pasadas en las que no había piscinas y tenían que recurrir a
bañarse en los charcos de los arroyos, como el famoso “Charco del Infierno” ( embalse del Infierno) o
cuando por una vereda en paralelo a nuestro histórico arroyo, iban al
Retortillo en primavera a pescar bogas a ojete o los 8 de Septiembre a la
romería de la Virgen
de los Remedios en El Collado y a pasar el día en el magnífico paraje de la
desembocadura del tan nombrado “Arroyo del Infierno”.
Desembocadura del arroyo del Infierno en el Retortillo (Lugar de celebración de la antigua romería en honor de la Virgen de los Remedios) |
En la actualidad nos
recuerda a todos que así como un cuerpo está lleno de arterias y venas que
llevan la sangre de un lado para otro y le dan vida, nuestro “Arroyo del
Infierno” nos conecta con sus aguas con muchos pueblos y ciudades andaluzas por
donde pasan una vez que llegan al Guadalquivir, y a los que nosotros les
entregamos algo nuestro, una parte de nuestras aguas que para la humanidad han sido siempre fuente de vida.