viernes, 3 de junio de 2016

El encaje de bolillo, un arte tradicional de La Puebla de los Infantes



De izquierda a derecha: Lola Santana, Francisca Atalaya y Carmen Castaño

Puede que alguna persona se conforme con considerar  entretejer hilos para crear las maravillas  que se crean, una simple técnica textil;  por mi parte  lo voy a considerar un arte porque tengo en cuenta algunas consideraciones.  Cualquiera  puede aprender una técnica pero no tener creatividad, tesón y darle la continuidad a su trabajo en ella, la mayoría de las veces de manera altruista, como lo hacen las personas que se dedican a crear en pueblos como el nuestro el encaje de bolillo. Y no solo eso, muchas enseñan a nuevas generaciones para que perdure este arte tan auténtico y primoroso, un arte por otra parte tan nuestro. ¿ Y qué decir de la laboriosidad y la atención que requiere? Por algo empleamos en nuestra habla cotidiana  la expresión “tuvimos que hacer encaje de bolillo” para referirnos a una tarea ardua y complicada con la que pudimos sacar adelante algún proyecto que resultaba casi imposible. Para tratar acerca del arte en cuestión nos hemos reunido hoy con tres maestras del encaje de bolillo en La Puebla: Francisca Atalaya Romero, Lola Santana Sosa y Carmen Castaño Tamayo. Y lo hemos hecho en el local de la Asociación de Mujeres “Alerce”, donde actualmente Francisca imparte un curso de encaje de bolillo, habiéndose organizado también recientemente una exposición
Unas preguntas obligadas para empezar serían: ¿Quién os enseñó este arte, a qué edad, por qué?                                                                       Francisca: Lo aprendí casi por mí misma, con doce años, viendo de hacerlo a dos amigas; me entusiasmé, me hice del instrumental con la ayuda de mi padre y empecé a hacerlo por mi cuenta. 

 - Lola: Aprendí de pequeña de manera parecida. Mi madre fue la que me hizo mi primera almohadilla. Lo dejé de hacer y, al cabo de los años, mi prima Inés Sosa Gutiérrez, que hacía bolillo, me contagió su entusiasmo y retomé la actividad. Me ayudó a reconstruir un bolillo antiguo mi vecino Cristóbal Cascales.                                                                 Carmen: Tenía unos 7 años, cuando me enseñó María Alonso Segovia, que a su vez le había enseñado la maestra Dª Fermina. El bolillo me ha gustado prácticamente  toda la vida.                                                                                

Útiles para encaje: almohadilla (derecha),torta (fondo) y bolillo (centro e izquierda)

¿Queréis recordar de vuestros primeros tiempos a algunas otras personas que también sobresalieran en este arte, para hacerles el reconocimiento público que se merecen?         Las tres reinciden en la mencionada maestra Dª Fermina, que enseñó a tantas chiquillas del pueblo, y recuerdan a la matrona Dª Isabel Cayuela López, que también lo enseñó.                                              
Me consta vuestra experiencia de maestras de estas labores en La Puebla…                          
 Las tres manifiestan que han enseñado a muchas personas del pueblo de manera particular. Y colectivamente, Francisca,  lleva ya  cuatro años impartiendo  cursos en la Asociación “Alerce”. Lola ha sido maestra de un taller de bolillo durante diez años en San Juan de Aznalfarache , en la Casa de la Cultura, lo que le sirvió de acicate para asistir a muchos encuentros en los que fue perfeccionando las técnicas. Y Carmen  ha impartido cursos también en el Centro de Adultos de la localidad.
¿Qué es lo más difícil del bolillo?  
Para las tres, lo más difícil ha sido el comenzar la labor y el terminar, que necesariamente te los tiene que enseñar alguien. Y lo poco que cunde al cabo de las horas que le dedicas; de ahí que las piezas sean tan difíciles de comercializar. 
Hablemos también de vuestras satisfacciones personales al haberle dedicado tantísimo tiempo al bolillo.                                                    - Francisca: Me gusta muchísimo, me relaja, ejercito mi mente..Regalo lo que hago a mi familia, sobre todo, para juegos de camas, mantelerías… He elaborado un pañuelo para la Virgen de las Huertas… 

  - Lola: El haber aprendido mucho en los encuentros, como he dicho antes, enseñar a otras personas, los regalos…También he elaborado un rostrillo de 8 metros para la Virgen de la Soledad del pueblo. 

 - Carmen: El bolillo  ha llegado a servirme ya de terapia, y como han referido  mis compañeras, me han supuesto una gran satisfacción enseñarlo y regalar tantas piezas como he regalado. 


Piezas de encaje de bolillo que se elaboran en La Puebla de los Infantes

¿Se dedican muchas personas a estas labores actualmente en La Puebla?                   
  - Sí, se está fomentando mucho. Piensa que las personas jubiladas, como nosotras, que son las que más nos dedicamos a esto, tenemos mucho tiempo y ahora se vive más, y viene muy bien este tipo de actividad para ejercitar la mente, para las relaciones humanas… 
 ¿Podemos afirmar rotundamente que este arte tiene continuidad en La Puebla sin temor a que desaparezca?                                                     
   - El bolillo está en auge en toda España. Los encuentros anuales que se celebran en tantos lugares, que los anuncian los medios de comunicación, hacen que nos animemos a viajar a visitarlos  y a traer al pueblo ideas nuevas.           
 ¿ Algo más que queráis decir?                             -En relación con los regalos que decíamos antes, han llegado ya encajes de bolillo realizados en La Puebla a países, algunos de ellos muy  lejanos, como China.
Muchas gracias a Francisca, Lola y Carmen sobre las que tengo que añadir su humildad a la hora de afrontar el mérito que tiene lo que hacen y también que las imágenes sobre sus creaciones serían innumerables, cualquiera de las tres se bastaría para montar toda una exposición con las piezas que conservan.


Colección particular de abanicos elaborados con diferentes técnicas de encaje de bolillo