sábado, 28 de marzo de 2020

Paréntesis: Ninguna mar en calma hizo experto al marinero

(Texto ilustrado con fotos primaverales de años anteriores de La Puebla de los Infantes puesto que este año no ha sido posible)






Hola amigos y amigas que seguís este blog desde el pueblo y fuera de él: Vaya por delante mi solidaridad más sincera, especialmente para los familiares de los fallecidos y los enfermos con motivo de la pandemia del coronavirus. Mi agradecimiento sincero también a todos los que os estáis jugando la salud por motivo de vuestro trabajo o porque os habéis movilizado voluntaria y solidariamente para hacer frente a la pandemia. Y vaya por delante también mi absoluto respeto a lo que cada uno interprete sobre ella, sobre las medidas que se han tomado,etc... pues está en su derecho.
Dicho esto quisiera aclarar que no tendría sentido que en  este blog con casi 5 años de existencia, 115 entradas publicadas  y 27.194 seguidores/as a día de hoy, pasáramos de largo de  este tema  traumático y dramático que está suponiendo una conmoción mundial a todos los niveles y lo mismo en nuestro pueblo, La Puebla de los Infantes.










El título elegido, aparte lo del "Paréntesis" o parón para la reflexión y seguir con nuestros temas,  es un antiguo refrán español que, como viene ocurriendo en los días que llevamos desde que entró en vigor el Decreto de Alarma del 14 de marzo de 2020 hasta hoy, 28 de marzo, se demuestra que cuando aparcamos nuestra rutina diaria y las circunstancias nos obligan a que agudicemos la mente surgen multitud de creaciones individuales y de grupos, muchas de las cuales pueden ayudarnos a sobrellevar este paréntesis de nuestra vida como lo comprobamos cada día en las redes y en los medios de comunicación.





No sé si estaremos de acuerdo que siempre va a haber un antes y un después de los acontecimientos que se van sucediendo y me da la impresión de que la vida ya no va a ser lo mismo, entre otras cosas porque las situaciones que estamos viviendo, a ratos con reposo y tranquilidad para que nuestra mente actúe, nos va a hacer que todos aprendamos bastante de la experiencia, lo que nos va a suponer que abramos los ojos ante más de una realidad para las que antes nuestro ajetreo y nuestra rutina no nos dejaba pararnos a contemplarlas y analizar cómo se podrían mejorar.
Esperemos que este mar revuelto nos sirva para ir poniendo peldaños, para ir consiguiendo un mundo más justo, sostenible y solidario que el que tenemos. El refrán del título de la entrada y de lo que sigue se convierte por tanto en un alegato en favor de la esperanza en el futuro.
Por mi parte sólo me queda ofreceros el resultado de una reflexión profunda a nivel personal, que hice el pasado 20 de marzo para tomar conciencia de la realidad, ubicarme en esta experiencia del estado de alarma y procurarme una manera personal de hacer frente a la situación, por si a alguna persona le puede ayudar. Es como una declaración de principios en los que apoyarme con buen ánimo para reforzar mis/nuestras defensas inmunitarias, que tanta falta nos hacen.




Ninguna mar en calma hizo experto al marinero


Estamos con la mar revuelta y sus aguas procelosas
¡ Atención, que viene una gripe virulenta
como aquellas mortíferas medievales!
¡Todo el mundo en su casa, todo lo demás puede esperar!
- lo constato, no lo critico -
Es entonces cuando, como D. Quijote,
que tras su enfermedad agudizó el ingenio
y buscó en el desván armaduras protectoras
con las que hacer frente a toda clase de aventuras,
me pertrecho, primero relajándome, tranquilizándome,
en silencio y en paz, como mecanismos de superación,
empatizando, solidarizándome con todos,
poniéndome codo con codo con el amigo que llevo dentro
intimidando con El, hablando de nuestros secretos.
Y encuentro la mejor armadura, ¡mi libertad!
esa que nadie me puede arrebatar
porque como todo lo valioso que tengo
la llevo dentro de mí.
Esa que me permite elegir en cada momento.
Y elijo aceptar el coronavirus con sus incertidumbres,
la vida con el bichito y con el paisaje tras la batalla,
porque es una evidencia ¡y viene para quedarse!
Pero, sobre todo, la Vida, la del cosmos y el infinito,
la de la abundancia descubierta y por descubrir
la vida del disfrute de las buenas personas,
la de los escudos humanos, que agradezco,
la de las movilizaciones solidarias que también agradezco,
la del cariño de  mis nietos, de mi pareja,
de mis hijos, familia  y amigos,
la de la comunicación con todo el que esté dispuesto,
la de la concordia y el respeto,
la del vivir con intensidad el momento presente,
pero exprimiéndolo y que me sepa a poco el tiempo
la de aprender cada día muchas cosas
sobre todo a ser más y mejor persona,
que, miles y miles hagamos posible  un mundo nuevo
la vida de la alegría, el entusiasmo,
la del pensamiento positivo por las ayudas con las que cuento,
la del granito, y los granotes que fabriquen la casa común,
la de la verdadera comunidad de los hijos de Dios,
la de todos, la que Dios espera para regalarnos el cielo.


                                                       R.V.R.
                                                                      


                            La Puebla de los Infantes, 20 de marzo de 2020





















jueves, 26 de marzo de 2020

Paisajes de agua (V): El embalse del Infierno



Lugar del antiguo embalse o charco del Infierno



Este paisaje de agua o punto de interés decimos que es el 5º (V) porque le anteceden en el blog:
1º.- La presa y el molino de Sofío. Entrada 91
2º.- La presa y el embalse de José Torán. Entrada 93
3º.- Los característicos pozos embovedados de La Puebla de los Infantes. Entrada 99
4º.- El Huerto del Moro. Entrada 107



Detalle del muro de la presa










                                                                 



Recodo del arroyo El Infierno que se aprovechó para el embalsado


Como comprobaremos todos ellos tienen un denominador común: las funciones y el significado de sus aguas en un espacio más o menos amplio, casi todos recogidos en las cartografías y son referentes desde antiguo, tienen su historia, han sido transitados por muchas personas que los conocen, no solo por sus dueños en el caso de que estén en una propiedad privada, nos causan admiración, recuerdos y por qué no incluso emociones, que se acentúan en unas estaciones del año más que en otras.
El embalse del Infierno también es conocido en La Puebla como "charco del Infierno", entendiendo que este topónimo lo va prestando el arroyo que desde su nacimiento hasta su salida del casco urbano lo nombramos como "de La Medina" y a partir de la huerta de José María pasa a llamarse "del Infierno", que recorre el valle al que le da nombre, de Sur a Norte. Recibe por su izquierda las aguas del arroyo El Álamo y las del regajo del cortijo El Monte y por la derecha el regajo del Huerto del Moro que curiosamente se llama también "regajo del Infierno", en total 4 topónimos con tan extraño nombre; pero en La Puebla estamos familiarizados con él porque sabemos que se debe a una leyenda medieval ( Ver entrada nº 20 de este blog).




En primer término la caseta de motorización y bombeo para riego cuando estaba autorizado




Parcela entre el cortijo y la presa que se regó












Antes de empezar a encajonarse para enfilar su bajada hasta su desembocadura a unos 2 kms. en el río Retortillo, afluente del Guadalquivir por su derecha, los propietarios de la dehesa, por entonces la familia López-Martínez, heredera de D. Raimundo Martínez Valiente, antiguo Alcalde de La Puebla,  construyó una presa frente a su cortijo "La Huerta de la Virgen" en 1920, con funciones de abrevadero para su ganado y en su caso para riego de forraje también para el ganado. Dicha presa se construyó con hormigón armado, tenía una altura media de unos 5- 6 metros unos 2 m de grosor (salvo en los vanos de las dos compuertas-aliviaderos) y una longitud de coronación de unos 30 m. La superficie aproximada de embalsado unos 1500 m2 . El volumen de agua embalsada fue siempre muy aleatorio. La presa tenía y se conservan dos compuertas metálicas que se accionaban manualmente desde el muro para aliviaderos cuando se preveían caudalosas venidas de agua de este arroyo en épocas de gran pluviosidad (noviembre y diciembre sobre todo); y dos desagües de fondo, también compuertas metálicas accionadas desde arriba para regular el nivel del embalsado.


Fuente ( galería de agua) de la Huerta de la Virgen

De este embalse del Infierno debemos referir que en la década de los años cincuenta la propiedad de entonces de la dehesa, la familia Gómez- López devota de la Virgen de los Remedios a la que le dedicaron una capilla o ermita en su cortijo propiciaron que el pueblo organizara una romería los días 8 de septiembre de acuerdo con el cura párroco. Los romeros participantes iban andando al Collado por el camino público de Los Molineros con sus viandas y en el cortijo se le ofrecía una misa a esta Virgen, posteriormente los dueños ofrecían la posibilidad de abastecerse de agua de la rica fuente de la Huerta de la Virgen (CTF 12285) y recoger frutas de la huerta para la comida campestre que tendría lugar posteriormente en un hermoso paraje de fresnos en la desembocadura del arroyo El Infierno 2 km más abajo. Mientras los mayores estaban en estos quehaceres, los adolescentes y jóvenes, dada la fecha, aprovechaban para bañarse en el embalse o charco del Infierno. Desde entonces y aunque la mencionada romería tuvo sus años contados, posteriormente la chavalería, a hurtadillas, continuó utilizando esta forma de baño en los meses del verano.
Hemos estado a primeros de marzo a visitar este hermoso lugar del recodo del arroyo y la presa, aprovechando que ahora este tiene caudal de aguas claras que le aportan los regajos de la sierra.




La Puebla de los Infantes desde el entorno del embalse del Infierno


sábado, 14 de marzo de 2020

Fabricación del jabón casero tradicional de La Puebla de los Infantes


Tras otras artesanías de La Puebla tratadas en este blog : de la pleita, la vareta, las maderas, la talabartería, el encaje de bolillos, los dulces caseros, la calera y la cal, el carbón vegetal, los huertos, los hornos de los campos, las fuentes, los pozos…le toca ahora el turno al jabón casero, “el de siempre” que diría Anita Grueso, que junto con Isabel Castaño lo vienen fabricando al unísono desde hace tiempo, como un recurso que, aparte su significado:  el reciclaje del aceite vegetal usado, la ayuda mutua o la autosuficiencia que les supone a ellas y que tuvieron nuestros antepasados frente a la dependencia  que padecemos ahora, el resultado no puede ser mejor tanto para la higiene personal como para la ropa, especialmente para la ropa blanca.

Materias primas y útiles para la fabricación del jabón

Hemos quedado en la casa de Anita con patio, almacén y corral con muy buenas condiciones  que facilitan todo el proceso de la fabricación del jabón.
Las dos vecinas funcionan muy coordinadamente y tienen a punto todo lo necesario. En esta ocasión las materias primas me dicen que  son: 
-         15 litros de aceite usado ( oliva y girasol)
-         15 litros de agua templada
-           3 Kgs. de sosa cáustica, o “barrilla”
          (1 Kg. por cada 5 litros de aceite)














Se vierte todo en un cubo,en este caso grande de plástico, y se va moviendo siempre al mismo ritmo en el sentido de las agujas del reloj hasta que se espese, que ocurre al cabo de una hora y media aproximadamente, por lo que una persona va turnándose con la otra y entre las dos es más llevadero el proceso de mover la mezcla.  
















Esta, una vez espesada, la vierten a continuación  sobre cajas de poliespán, de las que utilizan los pescaderos, a las que previamente se les ha abierto unos agujeritos por donde debe rezumar la barrilla. En este estado de endurecimiento deberá estar unas 24 horas, pasadas las cuales se procede a su troceado según el tamaño que se desee. Se puede hacer con un cuchillo grande o mejor incluso con un alambre fino tensándolo sobre el bloque de jabón.






Finaliza todo al cabo de unos 20 días de secado a lo largo de los cuales se irá poniendo blanco, dispuesto para ser usado.


He aquí un botón de muestra de costumbres que no deberían perderse en el pueblo como tantos otros procesos, como el de conservación de vegetales y hortalizas de los huertos por ejemplo, que aparte el sentido de la autosuficiencia y el reciclaje nos supondrían utilizar  productos mejores y más naturales y saludables que los que compramos.


Muchas gracias a Anita y a Isabel por su colaboración al haber hecho posible este reportaje sobre autosuficiencia en La Puebla de los Infantes.

viernes, 13 de marzo de 2020

A Juan Antonio Saravia Martínez el último calero




Juan Antonio en su salsa



Avivando el fuego de la quema



Revisa todos los detalles cuando está quemando su calera

















A veces me lo encuentro silencioso, aburrido y triste en el entorno del Llanillo con sus ochenta y tantos años, ya viudo, y una vida de intenso trabajo a cuestas. Cuando me acerco a saludarlo casi siempre me espeta y por enésima vez me dice: - Maestro, voy a quemar la calera, pero esta es la última,  es que ya ni veo, ¿vas a ir a verme? - Claro que sí, le respondo. Su hija Dolores me dice por teléfono que ha ido a ver a su padre muy temprano a la casa y que falta su farolillo, que seguro que está en El Ganchal quemando la calera. Me busco un hueco como tantas veces y voy a estar con él un rato en su salsa. Ya no es el anciano taciturno y triste, está allí en un entorno incomparable como viéndose contemplado por el Santo y por su Pueblo, y hecho un chaval, sonriente, vivo, inquieto que no para....Es cuando aprovecho para recoger algunas imágenes para la historia profunda de La Puebla. Le sugiero que descanse, nos retiramos un poco del humazo y del calor y conversamos acerca de sus vivencias en el oficio. Siempre se acuerda en la conversación de su hermano Ramón, su tándem como calero y el que le enseñó el oficio. Me dice que por la mañana ha ido a verlo el Alcalde y el Concejal. - Qué buen detalle, ¿verdad Juan Antonio?  Y entre los dos nos aunamos a ver si conseguimos que el Ayuntamiento haga un parque temático de antiguos oficios en el entorno de su calera. Cuando me despido de él le hago una pregunta de más: - ¿Esta va a ser de verdad la última? A lo que con sonrisa picarona me responde : - ¿ Qué sé yo? Es que esta es la que me tiene vivo…




Marco incomparable...





...desde el que Juan Antonio ejerce su oficio






Una pequeña pausa para nuestra conversación






Cartel del Ayuntamiento junto a su calera en El Ganchal, escuela de caleros











































jueves, 12 de marzo de 2020

Paseo por el entorno de El Santo



Al fondo, el Santo a la derecha y el Repetidor a la izquierda

Al Santo ( cerro de San Cristóbal, 467 m.)  hay que volver de vez en cuando porque guarda en sus entrañas y en su   entorno mucha vida e historia profunda. En esta ocasión hemos ido a rememorar cómo vivieron los abuelos Juan y Braulia de mi amigo Rafael Becerra en el cerro de las Alberquillas junto con su tío José Montero Fabra, constructor de un estupendo horno con el que podían comer el pan tierno, hombre talentoso y muy buen dibujante. A pesar de sus precariedades se consideraban privilegiados porque el invierno lo pasaban en el chozo de media pared o tapichoza en la parte de la solana para estar más calentitos y en verano se iban a la umbría del huerto de Rosalía ( su bisabuela)  a un chozo similar, donde había una renombrada fuente y su alberca para regar un pequeño huerto.


Al llegar al olivar de sus abuelos Rafael nos enseña el horno de su tío



El horno, buen recurso de autosuficiencia construido por José Montero Fabra
               
 Nos fuimos por la carretera de El Sanguino, antigua carretera de La Puebla a Lora ( la SE-146) hasta encontrarnos con la vía pecuaria a la izquierda conocida como Colada de El Santo ( para los que van) o Colada de El Campillo (para los que vienen desde el pueblo). En cualquier dirección, Norte o Sur, podemos llegar a través de este camino público a todas las zonas del entorno del Santo: a este cerro que es un punto geodésico,( pero con cuidado en los meses de calor por alguna posible víbora que no hayan pasado por las fauces de los jabalíes habitantes también de aquella zona),  o a su acompañante el cerro del Repetidor con unas vistas estupendas desde los dos ; o a las diferentes zonas: la del regajo de la Urraca, la de Carmen Rivas, la de las Alberquillas, etc…


Restos del chozo de media pared de los abuelos de Rafael Becerra

En el centro al fondo el Mirador de Las Palomas, 394 m. ( Desde el cerro de las Alberquillas)

En nuestro paseo vespertino hemos aprovechado para conocer las tres fuentes con más renombre de El Santo por la calidad de sus aguas y por lo frecuentadas que fueron: la del huerto de Rosalía, la de Carmen Rivas y la Chuparra, para ponerlas en valor en el proyecto Conoce tus Fuentes. Y fuimos siempre acompañados  del atardecer y sus panorámicas espectaculares.



Fuente de Carmen Rivas

















                                                                 
Fuente Chuparra