domingo, 9 de abril de 2017
¿QUÉ CELEBRAMOS? El pueblo llano en un Día de Andalucía
La anécdota: Un
cercano Día de Andalucía, en una de mis caminatas mañaneras, paso junto a un
grupo de cinco o seis hombres buenos, trabajadores honrados, algunos de ellos
peinando ya canas; intuyo que de distintas sensibilidades políticas, aunque a
todos les une la capacidad del aguante andaluz, en un pueblo profundo, de
nuestra Andalucía profunda. Nada más me acerco a saludarlos, uno de ellos me
espeta con una pregunta muy directa que introduce un vocativo halagador:
“Maestro, ¿qué es lo que celebramos hoy?”.Yo, que voy abstraído, me dejo llevar
por mi ingenua inclinación a la didáctica y cuando voy a responderles con un
alegato sobre este día tan señalado, en el que se trata de poner de manifiesto
nuestros valores…,o sobre Blas Infante..., la sonrisa picarona de mi interlocutor
me hace caer en la cuenta de inmediato del doble sentido de su pregunta, como
tantos dobles sentidos de nuestra rica habla andaluza; en nuestro caso, lo que
quería preguntarme era efectivamente: “¿Qué es lo que hay que celebrar aquí con
la que está cayendo?”. A lo que continúan otras aseveraciones por parte de
otros miembros del grupo: “¡Qué espectáculos!” “¡ Vamos p´atrás, como el
cangrejo!”
“¡Las cosas que hay que ver y escuchar!”.
Cuando se aplacan
un poco los ánimos, en nuestra
espontánea tertulia, me van demostrando lo que saben a pesar del poco
tiempo que algunos fueron a la Escuela: “Andalucía, una de las regiones
europeas con más paro” “Vamos camino de ser el vagón de cola” “¡ Y pensar que
hubo un tiempo en que fuimos la envidia de Europa!”. “Sí, pero por eso vinieron
los castellanos a apoderarse de esta tierra y a expulsar a muchos de aquí que no pensaban como ellos” “¿Por qué
será que se habla tan poco de esa época?”. “Y ese pobre hombre, que lo mataron
en Sevilla por defender a Andalucía, ¿por qué se habla tan poco de él y de sus
ideas?”. “Lo sacan una vez al año, como los pasos de Semana Santa, le dan su
homenaje, le tocan el himno y ¡hala, hasta el año que viene!” “¡Con lo que
podríamos aprender de él!”. Y así sucesivamente…
Y es que estos
hombres, ya algunos en los sesenta y
pico, después de haberlo soportado todo en la vida, como buenos estoicos o, en
nuestro caso, senequistas, ahora, entrando en la vejez, tienen que escuchar los cantos de sirena que
el establishment les envía cada día desde Madrid y Sevilla, precisamente cuando
ellos ya han aprendido “ latín”. Y es
que es lógico que protesten, reivindiquen, se rebelen, porque tienen alma y
corazón. Posiblemente alguno no haya cogido ni siquiera una pancarta en su
vida, pero ahora, por sus hijos con tan poco futuro, tan mal pagados, tan
maltratados en los trabajos, el que tengan que coger las maletas como lo
tuvieron que hacer muchos de sus abuelos, y otras cosas… posiblemente la
enarbolarían.
Esto que ocurrió
en un Día de Andalucía, igual podía
haber ocurrido cualquier Día de la Constitución, eventos conmemorativos, en que nuestros
representantes estatales, autonómicos y estamentales celebran sus triunfos al
tiempo que el pueblo llano lamenta sus fracasos. Cuando vuelvo a mi casa,
henchida la emoción, me planteo retratar la escena anterior, con más o menos
éxito, para dejar constancia de ella en mis recuerdos y de alguna manera como
reconocimiento al pueblo llano, al pueblo trabajador de nuestra Andalucía
profunda. Y lo hago con unos versos en cuatro décimas o espinelas, estrofa que
le dio forma el andaluz y rondeño Vicente Espinel:
I
¡Ay, mi pobre Andalucía!
Pocos conocen tu historia
sin duda, definitoria
de tu ser y tu valía.
Cada año llega tu día.
Pregunto,¿qué celebramos?
-No creo que lo sepamos.
(Respuesta
de más de uno
que cree ser oportuno
al hilo de lo que hablamos).
al hilo de lo que hablamos).
II
Será por algo, yo creo…
-Por charanga y pandereta,
( Dice otro que me espeta)
al menos es lo que veo.
Prosigo con mi sondeo:
¿Qué saben de Blas Infante,
andaluz de buen talante?
-¿Qué quiere Vd. que sepamos?
nada, no se lo ocultamos.
(Como el que te da un desplante)
III
Llevamos ya muchos años
con día tan señalado…
(Digo yo a los de al lado)
- Apaños y más apaños
por no llamarlos engaños.
( Habla otro hombre cercano
que muy valiente y
ufano
dice por añadidura
que lo que falta es
cultura
como
el agua en verano)
IV
¿ Por qué hace falta cultura?
( Me dan la contestación
y no exenta de emoción,
pero siempre con cordura)
- ¿Quiere la verdad pura?
Para no tener desvelo
que no nos tomen el pelo
que no haya pobreza y paro
que no haya desamparo
que Andalucía sea un cielo.
martes, 4 de abril de 2017
Juan Rangel Martínez ha hecho realidad su sueño
Es muy importante
perseguir algún sueño en la vida, proponerse metas posibles que le den sabor e
impulso a buena parte de lo que hacemos. Con independencia de otras
dificultades que se te pueden presentar, el enemigo principal de la persecución
de los sueños suele ser el miedo. De ahí que todo el mundo no tenga la
oportunidad de llegar a conseguirlo. En el caso que nos ocupa, el joven Juan
Rangel Martínez, de La Puebla de los Infantes, está empezando a ver hecho
realidad su sueño.
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Juan en el aeródromo de la empresa en la que trabaja en la actualidad |
A Juan tuve la suerte de conocerlo y tratarlo como
alumno en la E.S.O.: muy buena persona, formal, trabajador, buen
compañero,...aunque callado y difícil de arrancarle una conversación salvo si
al toque de timbre para el recreo, se le preguntaba algo en relación con la
aviación o los ultraligeros que era un deporte que ya practicaba con su padre y
otros aficionados del pueblo. Y es que Juan, desde pequeño ya tuvo el sueño de
volar, o mejor, de pilotar un avión como ya lo hace; un sueño que le ha ido suponiendo un gran
esfuerzo a él y a sus padres, ya que ha conllevando unos estudios, entrar en la
escuela de pilotos, en su caso en la de Córdoba, durante 4 años; por tanto, una
inversión económica importante, un nivel de idioma, una gran cantidad de horas
de vuelos, de las que lleva realizadas ya unas 1500, para llegar a lo que ya es
hoy: Piloto Comercial. Y es que en esto de llegar a ser piloto, y esperamos
verlo algún día como comandante de aeronave, nadie le va a regalar nada, salvo
la ayuda de su familia, todo se lo va a tener que trabajar por si mismo.
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Juan con 9 años escuchando las orientaciones de Pedro Jiménez y su padre sobre el ultraligero |
Hola, Juan, ¿cuándo
nace en ti tu afición por el vuelo?
Cuando yo nací, ya había en mi casa más de un aeromodelo
puesto que mi padre, Juan Rangel Gómez, fue en un tiempo aficionado al
aeromodelismo, y yo lógicamente desde
muy pequeño lo acompañaba a hacerlos volar. Con el paso del tiempo él tuvo la
afición del vuelo en ultraligero y cuando un día me dio un paseo en él siendo
todavía pequeño, ya tuve claro que esta actividad “era lo mío”.
Háblanos de tu
trayectoria de pequeño con tu padre y sus amigos…
Recuerdo a lo largo
de mi infancia mi ilusión por que llegara el fin de semana para ir con él y sus
amigos, también aficionados, Pedro Jiménez Sánchez, Antonio Carmona Anguita
sobre todo y otros, y poder dar una vueltecita
con algunos de ellos en el ultraligero. En una fotografía que te facilito, muy
ilustrativa de aquella época, aparezco
entre Pedro y mi padre con ocho o nueve años, recibiendo orientaciones de los
dos en torno al ultraligero. Durante mi adolescencia también probé en más de
una ocasión el vuelo en parapente y paramotor, actividades típicas de La
Puebla, nuestro pueblo.
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Juan en plena actividad agroforestal |
¿Qué haces en la
actualidad?
Quizás por mis orígenes de proceder de zona rural o por
haberlos visto desde pequeño sobrevolando los cielos de nuestro pueblo, me ha
gustado desde siempre lo que se denomina aviación agroforestal ( tratamientos
en cultivos, lucha contra incendios…), actividad que me encuentro desarrollando
a día de hoy, si bien he trabajado también en
vuelos de fotografía aérea realizados por toda España, Portugal e
Italia. Así mimo he trabajado en instrucción de vuelo.
¿Cómo llevan tus padres los trabajos de aviación que estás
desarrollando?
Mi padre, como buen aficionado que es al vuelo, que todavía
lo practica en el ultraligero, sabe que yo me estoy desenvolviendo en el medio
de transporte más seguro de todos, tanto por sus sistemas duplicados como por sus exhaustivos controles de mantenimiento.
De hecho considero más peligroso, por ejemplo, desplazarme en coche por la ciudad hasta el aeródromo, que el vuelo que tenga
que realizar ese día.
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Juan acompañado por su padre en un vuelo |
Entre las fotos que
conocemos tuyas de vuelos ya te hemos visto pasear a tu familia. ¿Cómo ha sido?
¿Qué ha supuesto para ti?
Compartir con ellos lo que sé hacer es para mí una gran
satisfacción. Y me consta que a ellos les gusta que lo hagamos de vez en
cuando. A veces incluso han sido ellos
los que me lo han pedido. También tengo muchas fotos con amigos sobrevolando el
pueblo o el embalse José Torán.
¿Y el futuro?
Estoy contento con la actividad que desarrollo
en la empresa en la que trabajo, que me ofrece
trabajos agroforestales, lucha contra incendios, transportes, etc. Y por
ahora mi futuro lo veo en esta empresa.
Damos las gracias por su colaboración a Juan Rangel Martínez,
para la realización de este reportaje en el que hemos intentado poner de
manifiesto, y nos alegramos enormemente por ello, que este piloto puebleño siendo tan joven se esté abriendo camino en
una actividad soñada por él toda su vida; sobre todo si tenemos en cuenta la
situación laboral de los jóvenes en nuestro país. Pero damos fe de ello, que se
ha debido a su sueño desde pequeño, a la suerte de tener unos padres, Juan y
Toñi, dispuestos a ayudarle incondicionalmente cuando lo ha necesitado y a unas
cualidades y esfuerzo personales de su parte.
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