Conducto subterráneo de agua en funcionamiento más de 1.000 años
Surgencia del agua al final del conducto subterráneo
Dicho
conducto me situó en la tesitura de la cultura que lo construyó y tras consultar diversa documentación, barajé
la posibilidad de que se tratara de un qanat de época hispanomusulmana, la de
la cultura de Cañebolo: una conducción subterránea, para preservar el agua de
la contaminación, frente a lo que eran
los acueductos romanos a cielo abierto; que captaban agua de un pozo o acuífero, o incluso de varios, con registros
en su recorrido para su limpieza, y cuyo final podría ser algún tipo de
depósito para abastecimiento o riego; con una mampostería más sencilla también
que la romana. Pregunto a personas muy mayores del pueblo y me informan
que, efectivamente, los Ganchales de la Virgen tuvieron humedales desde antiguo y, como consecuencia
de ellos, buenas “bolsas de aguas subterráneas”. Todo concordaba: el conducto
subterráneo traía el agua desde los
Ganchales de la Virgen, supuestamente desde unos 200 o
Hago partícipes de estas indagaciones a dos personas que me merecen mucha garantía en estos temas, amigos con los que he realizado rutas arqueológicas desde hace años y he comprobado lo que saben de infraestructuras antiguas: a nuestro paisano investigador Juan José Toribio García, y al amigo común de Palma del Río, Emilio J. Navarro Martínez, profesor de Historia y especializado en temas arqueológicos y espeleológicos. Pero resulta dificultoso ponernos de acuerdo para vernos los tres por la situación de pandemia, temas laborales de ambos etc…Y ha sido, por fin, a primeros de mayo de este año 2022 cuando hemos podido coincidir y valorar in situ la canalización en cuestión, con la suerte de que ese día descubrimos, retirando unas piedras, unos
Resto de muro de argamasa romana de una cisterna por debajo de la surgencia del conducto
Estos amigos investigadores coinciden en que la conducción subterránea de agua que tratamos debió ser en origen de la cultura hispanorromana, que se extendió por nuestros valles, a partir del siglo III d. de C., y de la que más patentes tenemos yacimientos de todo tipo todavía. Y también por la proximidad de la surgencia del conducto con restos de dos cisternas o depósitos romanos de villae en un nivel inferior, que pudieron ser abastecidos de agua por él hasta una época de segregación de los terrenos de su radio de acción, o por los trazados de vías de comunicación como el mencionado cordel de Hornachuelos , etc…, en que se decidiría que el agua fuese a verter solo a un lugar concreto.
Restos de otra cisterna romana mayor, también por debajo del conducto subterráneo tratado
Lo que no contradice que fuera utilizado posteriormente en época hispanomusulmana puesto que esta cultura continuó utilizando las infraestructuras de la anterior; y durante siglos después, pues la canalización de la que tratamos ha estado conduciendo agua sin interrupción, de buena calidad por cierto, bien desde el siglo III ( bien a partir del siglo VIII en época de Cañebolo) hasta el año 2014 ( siglo XXI). Las dos posibilidades dejan abierto el tema a seguir investigando sobre el conducto subterráneo para despejar dudas y saber más de este tipo de infraestructura hidráulica de la que, en cualquier caso, nos sorprende igualmente su funcionamiento incesante durante más de mil años.
Mi agradecimiento a las personas colaboradoras: Familia Adame- Carmona, Antonio Carmona León, Antonio Torres Molero, Juan José Toribio García, Emilio J. Navarro Martínez y Francisco González Bravo.
Fotografías: Rafael Velasco Riejos, 2021-2022.