domingo, 9 de agosto de 2015

El Turruñuelo, otro espacio natural, con mucha historia, compartido por La Puebla y Peñaflor

                                
Nos estamos refiriendo al espacio comprendido a la izquierda de la carretera SE- 7105 según vamos desde La Puebla a Peñaflor,  entre el cordel de Hornachuelos, que sirve de límite entre los dos términos municipales, el río Retortillo y el espacio de Malapiel. Este cordel, que vendría probablemente de Constantina y La Puebla colinda con el Alcornocal de Almenara, en la parte de Peñaflor,  y los Ganchales de la Virgen y las Carboneras en la parte de La Puebla . Desde muy antiguo  los habitantes de uno y otro pueblo han convivido en propiedades limítrofes, sobre todo de olivar y monte bajo en este espacio, compartiendo afanes, ayuda mutua y amistad, y han realizado actividades similares a lo largo del cordel: pastoreo y caza, fabricación de cal y de carbón y picón. La vía pecuaria de referencia cruzaba el río Retortillo por el vado de La Gitana atravesando a continuación Pajares y la Vegavita, ya en el término de Palma del Río. Actualmente este paso es imposible al encontrarse cortado por el embalse de derivación del río Retortillo o de Malapiel.


Calera de los hermanos Santana Asenjo en el cordel de Hornachuelos a la altura de los Ganchales de la Virgen

Pero no era esta la única vía pecuaria que atravesaba El Turruñuelo , en tanto que existía otra que desde Lora del Río y Setefilla atravesaba Almenara y venía hacia la zona de La Cerquilla y huerta de los Brasoles, para unirse con el cordel descrito más arriba.

Para El Turruñuelo ha tenido desde siempre un significado especial el río Retortillo, el Tortiello medieval, el río torcido o retorcido, y las cuevas y demás abrigos naturales junto a su ribera, por su enclave estratégico junto al agua, fuente de vida. Dichas cuevas no hay que ser muy docto en la materia para comprender que debieron servir a muchas poblaciones nómadas desde épocas prehistóricas.
                                       
De la Edad del Bronce existe un importante yacimiento, más cercano a La Puebla que a Peñaflor, la Mesa Cordobesa ( I y II), como sus nombres indican, ocupan una mesa de forma alargada de gran valor defensivo y estratégico. Rodeada en parte por los barrancos producidos por el río Retortillo, el flanco menos protegido se defendió con un lienzo de muralla que a la vista de hoy parece una gran acumulación de piedras. En la vertiente sur, a pesar de que la pendiente es muy acusada, parece que también se construyeron muros defensivos discontinuos en sucesivas terrazas. El poblado, por los hallazgos superficiales, debió tener una gran extensión, aunque es probable que en su interior el hábitat fuera disperso, como ocurre en otros poblados tartésicos coetáneos. Su función estratégica y su cualificación defensiva debió complementarse con el control de la ruta que conduce a la sierra y, quizás, con la explotación de las minas cercanas. No obstante, a diferencia del asentamiento vecino de El Turuñuelo-La Cerquilla, en su superficie no se registran escorias ni restos de actividad metalúrgica.
La Cerquilla de época tartésica y turdetana, ( siglos X-IX hasta finales del III a. C.) todo un oppidum o fortificación amurallada, reforzada con bastiones, en una mesa de aproximadamente 6 hectáreas. La presencia en superficie de numerosas ánforas “turdetanas” y de escoria de mineral parece indicar su carácter de mercado y enclave orientado al acceso a la sierra y a los cotos mineros (Ferrer y otros 2002).Este asentamiento pudo ir desapareciendo a partir de la época romana.



Torreón cónico izquierdo de los dos que conforman la entrada a la fortificación tartésica de La Cerquilla
 Ya en el siglo XV sabemos que los abrigos naturales de El Turruñuelo  sirvieron de refugio tanto a personas de ambos pueblos que huían de las temibles pestes ( gripes mortíferas, quizás por la falta de una alimentación e higiene adecuadas) y a eremitas o ermitaños ( personas que, viviendo en soledad, se dedicaban a la oración y a la penitencia).


Cueva de El Turruñuelo frente al antiguo convento de San Luis del Monte
En estas últimas personas pensaría el franciscano Fray Juan de La Puebla1, como potenciales frailes para su convento, cuando en 1492 se dispuso a fundar el de San Luis del Monte2 en El Turruñuelo, de manera similar, ( y procurando un entorno parecido), a como dos años antes había hecho en Hornachuelos con el de Santa M.ª de los Ángeles3.

 Se relata en el acta fundacional del convento de San Luis del Monte, que se produjo por aquel tiempo un grave contagio, con muchas muertes en lugares a orillas del Guadalquivir, dedicándose fray Juan de La Puebla y sus hermanos franciscanos de Hornachuelos a la asistencia espiritual a los contagiados y a dar sepultura a los difuntos, cuando resultó también contagiado de la peste el hijo de los señores de Palma D. Luis Portocarrero y D.ª Francisca Manrique, siendo requerido Fray Juan para que lo asistiera. He aquí que el hijo llegó a curarse tras la intervención del venerable franciscano  y sus padres, agradecidos, le ofrecen ayuda en la fundación del convento que también pretendía levantar  junto al Retortillo4.

Restos del antiguo convento de San Luis del Monte en El Turruñuelo fundado en 1492, año del descubrimiento de América

 Efectivamente le conceden un lugar equidistante, a una legua, de La Puebla, de Peñaflor y de Palma5 que en dicha acta fundacional se describe literalmente: “Está en las faldas de Sierra Morena, mira a los llanos de Andalucía; desde las azoteas del convento se ven las sierras de Ronda, Antequera y Granada, distantes muchas leguas. En el contorno se crían por los campos abundantes comidas y silvestres frutas: alcaparras, algarrobas, espárragos6 y de otros géneros. En la parte norte, un profundo valle lleno de cuevas y de grutas acomodadas al retiro y vida penitente(…)El convento, descubierto al sol de la mañana; por las raíces del encumbrado monte corren las aguas del río Retortillo que a poco más de media legua se mezclan y confunden con las caudalosas del río Guadalquivir (…)De la huerta del convento bajan dos abundantes golpes de agua, hijos de una copiosa fuente y riegan muchos cidros, naranjos, limones, árboles frutales y hortalizas con abundancia; es la huerta famosa y de grande recreación religiosa”. Continúa relatando que vinieron  religiosos del de Santa Mª de los Ángeles de Hornachuelos a trabajar en las obras, agradándoles mucho el sitio por ser semejante al de ellos. Y más adelante: “ Fue creciendo la fundación, edifícase la iglesia y dormitorios, no con la grandeza que querían los Patronos (…)Favorecían los señores a este convento como cosa propia (…)D. Luis Portocarrero no olvidó el beneficio de haber recuperado la salud ( de su hijo)7, es de nobles corazones, pudo hacerlo, porque después fue el primer Conde de Palma, valeroso caballero y Capitán grande en milicia militar: Sirvió a los Reyes Católicos en varias guerras…” Termina el acta diciendo: “Venían muchos a la dirección y obediencia de Fray Tomás de Angulo, su primer guardián, varón de gran espíritu, discreción y santidad…”

Estos frailes del Turruñuelo, colaborarían junto con los de Hornachuelos en la construcción del convento franciscano, y su magnífica Iglesia, de Palma del Río y posteriormente en el siglo XVIII a petición de las autoridades y los vecinos de Peñaflor se trasladarían a esta población, a un edificio del mismo nombre que les ayudaron a construir en la calle Largo (hoy Juan Carlos I)

Finalmente, señalar, que en límite Sur de este espacio natural, y ya en terrenos de Malapiel, también junto al Retortillo y sobre una mesa, permanecen en pie restos del castillo almohade de El Toledillo (S. XI-XII) de gran significación histórica y arqueológica. Entre ellos, destacaríamos la torre del homenaje y el aljibe así como los abrigos naturales que lo circundan, señal inequívoca de anteriores asentamientos en este lugar.

                                                                                        
Notas aclaratorias de Rafael Velasco:

1.- Fray Juan de La Puebla nació a mediados del s. xv en Puebla de Alcocer, hijo primogénito de los condes de Belalcázar, inició su vida religiosa  como fraile jerónimo, optando posteriormente por la vida más austera de los franciscanos.
2.- “El monte”, sinónimo de lo que hoy denominaríamos como “la sierra”
3.-El nombre de Santa Mª de los Ángeles le viene del primer convento fundado por los seguidores de San Francisco en el lugar en el que el santo prefería orar cerca de Asís: en una “ porciuncula” ( en español:”pocilga”).
           4.- El nombre de San Luis del Monte le fue puesto al convento por haberse fundado bajo la advocación de San Luis, obispo de Tolosa y también fraile franciscano, a instancias del señor de Palma D. Luis Portocarrero. El nombre de San Luis lo tomaría también la huerta que ha tenido actividad hasta tiempos recientes.
           5.- Los dominios del Mayorazgo de los señores de Palma comprendía gran parte de los actuales términos municipales de La Puebla de los Infantes, Peñaflor y Palma del Río; con importantes posesiones en Écija. D. Luis Portocarrero había obtenido el señorío  de La Puebla de los Infantes en 1467.Lógicamente fue dueño también de Almenara, cuyo castillo fue fortaleza muy apreciada por él.
          6.- Todavía abundan los espárragos en El Turruñuelo, no tanto los algarrobos y las alcaparras. Estas han estado desaparecidas durante siglos; desconocemos por qué, porque hoy se pueden criar perfectamente en estas tierras.
         7.- “( de su hijo)”. Sobreentendido. Del autor del artículo.


Bibliografía:

. Acta fundacional del convento de San Luis del Monte. Revista Ariadna nº 1, año 1986, del Centro Municipal de Estudios Locales de Palma del Río.
. Fray Juan de La Puebla y los orígenes de la provincia de los Ángeles, de Salvador Hernández González, con citas de diversos autores.
. Memoria- Estudios Históricos Arqueológicos. Turismo y Cultura Peñaflor (Sevilla). Web Iltmo. Ayuntamiento de Peñaflor.
. Informe de prospección arqueológica superficial del T.M. de Peñaflor. Varios autores. 2002.