A mis
amigos y amigas senderistas
RETORTILLO PUEBLEÑO
(Romance)
Tú, el Tortiello medieval,
porque discurres torcido
o retorcido cual sierpe,
de ahí tu nombre Retortillo.
Desde tiempos muy antiguos
privilegiado testigo
de culturas milenarias
por tu abrupto recorrido.
Eres linde de Hornachuelos
como es ya bien sabido.
A puebleños y puebleñas
siempre nos has seducido
por tus bosques de ribera
de eucaliptos, fresnos, pinos,
adelfas, juncos, mastrantos…;
por tu torrente bravío
que en los años de más lluvia
siempre llevabas crecido.
Tus embalses y represas,
tus hidráulicos molinos,
de emprendedores de antaño
como Aurorilla y Sofío,
de emprendedores de antaño
como Aurorilla y Sofío,
nombres que evocan moliendas
en tiempos de desafíos.
Recuerdos de juventud
de baños en el estío,
y otros buenos recuerdos
que también hemos vivido:
las romerías de la Virgen,
las excursiones de niños,
de jóvenes a la pesca
y a amores prohibidos,
sin olvidar otros lances
como ciervos abatidos.
Y en los tiempos que ahora corren
todos mirando al turismo
seguimos yendo y viniendo
al cauce de nuestro río
por caminos y veredas
en grupos de senderismo.
A mis amigos Antonio Torres y Francisco Carmona, con
quienes compartí empeño y dedicación
durante años en pro de este espacio emblemático.
ROMANCE DEL TORÁN
La presa José Torán
y el embalsado luego,
eran los años ochenta,
le cambió la vida al pueblo.
El Valle Castril y antiguo
Valgruado se veía lleno,
de copiosa agua inundado.
¿Supondría enriquecimiento?
¿Quiénes los beneficiados?
Mirando intereses nuestros
pedimos compensaciones
a una y con denuedo.
Llegó más agua potable,
viviendas sociales… Luego
carretera nueva a Lora,
ayudas y merenderos…
Al cabo de treinta años,
¿valió la pena el esfuerzo
de todo lo que se hizo?
Sí, es como lo creemos,
no para la agricultura,
precisamente lo nuestro,
sin embargo en general
hemos ganado con ello,
si tenemos hoy en cuenta
que van cambiando los tiempos
y la economía se mueve
por diversos vericuetos.
Entre tanto, disfrutamos
de un gran espacio bello
que nos llama la atención
tanto a propios como ajenos,
que vienen y nos visitan
del año en todo tiempo.
Admiramos sus paisajes,
su arboleda, sus veneros,
nos divertimos pescando
o navegando con remos
y los que nos gusta andar
caminamos por senderos
mientras gran variedad de aves
nos alegran con sus vuelos.
Subimos al Mirador
para verlo desde lejos,
y entre una actividad y otra
tenemos los merenderos
o también los restaurantes
que hay por aquellos cerros,
(aunque habrá quienes
prefieran
desplazarse a los del pueblo)
para el debido descanso
el disfrute del
tapeo
y la notoria acogida
de puebleñas y puebleños