DESCRIPCIÓN INICIAL
El manantial de Banduro es el referente principal de las aguas subterráneas no residuales del casco urbano de La Puebla de los Infantes, podemos decir sin temor a equivocarnos que fue en su día el determinante de que este pueblo se levantara junto a él. Creemos que no es casualidad que se encuentre a pocos metros de la plaza más importante: la de la Constitución, o del Ayuntamiento. Se encuentra, convertido desde los albores de la década de los años ochenta del anterior siglo en enorme pozo cuadrado que conserva antiguas galerías de canalizaciones del agua al comienzo de la C/ Martín Alonso, una de las que confluyen en dicha plaza por su parte SE. Todas las aguas de los puntos de surgencias del casco urbano, salvo las de los pozos públicos que se citarán en el apartado de Descripción Hidrogeológica, han procedido de este manantial utilizado de manera intermitente desde dicha década para abastecer el pueblo cuando las necesidades lo han requerido, y desde hace una década aproximadamente, de manera permanente. Esta información explica el título de la entrada como ampliaremos en el apartado de Antecedentes Históricos, anteriormente a esta circunstancia reguladora del caudal de Banduro, las fuentes diseminadas por el pueblo: pilares públicos, lavaderos públicos Las Pilas … se creía que procedían de sus propios manantiales. Existe una fuente cercana y derivada de él a los pies de la plaza del Ayuntamiento que lleva su nombre , si bien al no llegar el agua al nivel del aliviadero que la proveía antaño, se encuentra sin surgencia del manantial, si bien el Ayuntamiento la tiene provista de agua potable de la red de abastecimiento público con dosificador.
El manantial de Banduro tiene un acceso totalmente restringido al Servicio de Aguas del Ayuntamiento que en condiciones de normalidad vigila y utiliza una arqueta de bombeo del agua en la parte W del pozo de 100x80 cms. con compuerta de hierro que es conducida a lo largo de la C/ Barrero hasta la planta potabilizadora de la salida Sur de la localidad por la carretera de Lora del Río (SE-6102) y posteriormente elevada al depósito distribuidor de Las Cruces. Y al otro extremo, en el lado Este del pozo, una estrecha entrada de unos 60 cms. con tapadera redonda también de hierro para que puedan circular sobre ella los vehículos. Por esta última se desciende a antiguas galerías de surgencias, canalizaciones y conducción del agua al pozo. Todo este entramado es prácticamente desconocido por el vecindario, lo conoce muy pocas personas salvo los que hayan trabajado en este espacio subterráneo, en el que se desenvuelven bien los empleados del Servicio de Aguas del Ayuntamiento. Si en toda la parte subterránea en relación con el pozo se produjera algún derrumbe o algo que reparar, necesariamente habría que cortar la calle Martín Alonso al público y horadar lo que es el techo del pozo que forma parte de un buen tramo de suelo del inicio de dicha calle.
No así ocurre con la fuente derivada del mismo nombre por encontrarse en plena plaza con atractivo por sus elementos constructivos neoclásicos imitando a los del Ayuntamiento, que nos remite así mismo a tiempos pasados formando parte de la historia e identidad de este pueblo.
DESCRIPCIÓN HIDROGEOLÓGICA
La ubicación del manantial de Banduro nos remite a los pies de la Sierra León en su vertiente Oeste de una gran importancia hidrogeológica. En esta zona predominan las rocas carbonatadas y las detríticas. Su agua es abundante en todas sus vertientes. A sus pies encontraremos muchas fuentes, manantiales y pozos, un buen número de ellos catalogados para el proyecto Conoce Tus Fuentes (CTF).
Circunscribiéndonos a nuestro
manantial su caudal es bastante regular. En los primeros días de noviembre
cuando ha llovido aún muy poco por esta zona, y tras un verano larguísimo que
tenemos por aquí, a este manantial se le extrae cada día
Como anticipábamos al inicio en la Descripción estamos en condiciones de afirmar hoy que el manantial de Banduro ha sido el emisor de las aguas no residuales del casco urbano en un abanico de Sur a Norte que comprendería: el pilar de la C/ Constantina, la fuente derivada de la Pza. Virgen de las Huertas cuyo sobrante iba a parar al antiguo tejar de dicha calle; la fuente de Banduro en la Pza. del Ayuntamiento; el pilón de los lavaderos públicos “Las Pilas” cuyo excedente iba a parar a estas y al pilar del comienzo de la C/ Cruz; algunos antiguos molinos aceiteros dentro del casco urbano fueron así mismo surtidos por el manantial como fueron los antiguos molinos de Genaro y de los Gregorios; así como dos pequeñas huertas, las conocidas como de “Los Gómez” ( antiguo huerto de D.Raimundo Martínez) y la de “Los Molina”, hoy barriadas o zonas residenciales de la localidad. Y ello, porque al no llegar el agua al nivel de los aliviaderos de antaño por las extracciones diarias, dichas fuentes y canalizaciones quedaron secas.
Antiguo pilar de la salida Sur del pueblo surtido por Banduro
DESCRIPCIÓN ARQUITECTÓNICA
Este manantial en épocas pasadas
fue de tan buen caudal como hemos relatado en el apartado hidrogeológico que en
cualquier año de pluviosidad por encima de lo normal, aunque tenía sus
aliviaderos que derivaban su agua a muchos puntos del pueblo, que en algunos
casos suponía ramales suyos incluso por debajo de casas, podría llegar a
desbordarse, aparte las humedades que se creaban en las casas contiguas. Es por
lo que el Ayuntamiento aprueba en 1980 que se transforme en pozo, se regule su
caudal y se extraiga agua de él para abastecimiento cuando las necesidades lo
requieran, llevándola por bombeo a la estación potabilizadora y de bombeo del
pueblo. Así se llevó a cabo con la ayuda de la Diputación Provincial en los
primeros años de la década de esos años ochenta. Cuando se llega hasta él y nos
situamos en una plataforma con baranda de hierro, de unos
El manantial de Banduro convertido en pozo cuadrado al principio de la década de los años ochenta del anterior siglo
ANTECEDENTES HISTÓRICOS
Del manantial de Banduro existe documentación desde el siglo XVI por la función pública de abastecimiento que debió tener. Desconocemos si anteriormente fue de propiedad privada, pero un gran manantial como este del que tratamos, desde siempre, aunque estuviera en zona privada al generar tan gran cantidad de agua, habría mucha sobrante que se destinaría a abastecer a todo el que la necesitara. Se encontraría en un extremo de lo que sería una explanada o llano con su nombre, por la importancia que tendría para el vecindario, hasta que de manera institucional durante todo el siglo XIX, prestó el nombre a la plaza hoy de la Constitución o del Ayuntamiento, y se construiría la fuente derivada con el nombre de Banduro, de estilo neoclásico, como la Casa Consistorial a los pies de dicha plaza con tres chorros de aguas sobre un pilón que la derivaba a su vez a un gran pilar abrevadero para los animales de carga o tiro que entraban y salían del pueblo por esta zona, pues en la parte más inferior del núcleo urbano existían otros con agua procedente también de Banduro como hemos señalado en el apartado hidrogeológico, uno de ellos, de forma redondeada se encontraba en la actual Pza. de la Virgen de las Huertas, conocida como El Llanillo, nombre en contraposición con el llano grande de Banduro.
Antes de los mencionados años ochenta se creía que cada punto de agua del pueblo procedía de su propio manantial, incluso existía la leyenda urbana de que el agua que surtía el pilón y las Pilas o lavaderos públicos de 1863 procedía del pozo de Santa Ana, todo lo cual dejó de pensarse así a partir de la regulación del agua de Banduro, que al no llegar al nivel de los correspondientes aliviaderos dichos puntos de agua dejaban de verter.
Un manantial del significado y relevancia como el que tratamos nos lleva a pensar lo que referíamos al comienzo de la ficha: el agua como determinante de vías de comunicación y de asentamientos y poblaciones; como un recurso imprescindible que se valora hasta utilizarse como nomenclátor de la principal plaza del pueblo.
Hemos hecho referencia a dos leyendas anteriormente: la de la procedencia del agua de Las Pilas. Se entendería como lógico que a un monumento de agua de tanta importancia para La Puebla de los Infantes por tratarse de una de sus señas de identidad se le buscara como origen de su agua una casi bendecida por su nombre y también por su prestigio: la del pozo de Santa Ana.
La leyenda del arroyo de La Medina, en el tramo a partir de la calle Llana antiguamente conocido también como de la Carnicería, que cambia su nombre por el de “Infierno” al atravesar el pueblo está en relación con monjes templarios que vivieron en el emplazamiento de la actual iglesia parroquial dedicados entre otras ocupaciones a la alquimia y vertían al anochecer en el arroyo residuos de la fabricación de medicinas. Estas producían enfermedades y hasta la muerte a animales que bebían en el arroyo, de ahí el consejo que las personas mayores daban a los pequeños para que no jugaran o bebieran de dicha agua "del Infierno".
( Mi agradecimiento a Francisco Chamizo Domínguez por su colaboración para el presente trabajo a la que debemos añadir las fotos del subsuelo de la C/ Martín Alonso. Y a Juan José Toribio García por sus observaciones siempre tan oportunas en Antecedentes Históricos).
R. V. R.