La micología es la ciencia encargada del
estudio de los hongos en todas sus denominaciones, formas y orígenes. Se
denomina fungicultura a la actividad
del cultivo de hongos con destino a la alimentación humana o para fines
científicos. La micofagia sería la
actividad de recolectar hongos comestibles para alimentarse.
Pues bien, estas aclaraciones
previas nos sirven para explicar que en La Puebla de los Infantes como en
muchos pueblos seteros, o aficionados a las setas, la actividad que se ha
venido realizando tanto en otoño e
invierno, si este venía lluvioso, como en primavera, las estaciones propicias,
ha sido la recolección de setas silvestres comestibles para el consumo o la
venta: los característicos faisanes de alcornoques y los de jara, las setas de
álamo, las gallipiernas, los níscalos, el champiñón silvestre, las setas de
cardo, los gurumelos…; unos conocimientos que se han ido transmitiendo de
padres a hijos desde la infancia, desde tiempos inmemoriales, y que les llevaba
a los puebleños a reconocer con seguridad las diferentes variedades
comestibles, hasta el punto de que son casos contados los percances en el pueblo por ingerir setas no
comestibles.
Pero, hete aquí que corrían los primeros años del actual
siglo, cuando se instalan en el pueblo el matrimonio formado por Tomás Illescas
Ferrezuelo y Concha Morente Díaz, por motivos laborales, que tienen como
afición la actividad de la micología en todas sus facetas y que en el caso de
Tomás era ya presidente de la Asociación Micológica “Sierra de Córdoba”.
Fueron ellos los que ofrecieron desinteresadamente al
Ayuntamiento en el año 2006 la posibilidad de
organizar unas Jornadas Micológicas anuales, que este año ha llegado a
su XII edición y ha venido siendo un excelente complemento para la cultura
setera puebleña, aparte el atractivo comarcal que han venido suponiendo por las
actividades organizadas al efecto.
A ellos nos acercamos hoy para que nos hablen de micología
puebleña y sobre las mencionadas Jornadas de las que han venido siendo sus
artífices con el patrocinio, colaboración y financiación por parte de los
respectivos gobiernos municipales.
Cartel de las XII JORNADAS MICOLÓGICAS DE LA PUEBLA DE LOS INFANTES |
¿Qué
ha significado para vosotros, Concha y Tomás, haber llegado en 2017 a la XII edición de las
Jornadas Micológicas de La Puebla?
Concha: La
satisfacción de ver cómo este proyecto ha tenido continuidad durante todos
estos años, ha sido asumido por el Ayuntamiento, y acogido gratamente por los
vecinos y vecinas del pueblo.
¿Qué
resultados constatáis en el pueblo al cabo de los 12 años?
Tomás: Que ha
aumentado el interés de muchos puebleños y puebleñas por este mundo, lo que se
refleja en la asistencia a las conferencias, charlas y exposiciones micológicas
y fotográficas realizadas. Muchas veces, los vecinos y vecinas nos hacen
comentarios y consultas sobre los hongos cuando coincidimos en la calle,
incluso fuera de las Jornadas Micológicas. Por desgracia, quizá fruto del
cambio climático, hemos constatado también un significativo descenso tanto de
la cantidad como de la variedad de especies de hongos en estos años.
¿Y
de los visitantes de las comarca de La Vega y
La Sierra Morena?
Concha: No
cabe duda de que las Jornadas Micológicas, a las que han acudido no sólo
aficionados de las comarcas limítrofes, sino de la capital de la provincia o
incluso de otras provincias andaluzas, ha contribuido a que La Puebla de los
Infantes, con sus valores arquitectónicos, etnográficos y naturales, sea mucho
más conocida, lo que ha repercutido en el creciente turismo que llega a la
localidad.
Grupo de recolección en las XII Jornadas. Concha, en el centro con canasto. Tomás, a la derecha agachado |
Quisiéramos
saber acerca de vuestra interpretación sobre la micología que tantas
satisfacciones os ha dado y que os apasiona tanto.
Concha: Para
nosotros la micología es una excusa para viajar y coincidir con amigos, también
aficionados a este mundo, así como para estar en contacto con la naturaleza.
Tomás: No es
sólo una afición, sino que se convierte en parte de tu vida porque dedicas
mucho tiempo al estudio de los hongos y, a resolver consultas, intercambiar
información, artículos, etc. con micólogos de todo el país e incluso de otras
partes del mundo, dada la facilidad que hoy día ofrecen para ello listas de
correo y grupos en redes sociales.
Desde
fuera de la organización se constata, como decíamos en la introducción, que con
vuestro trabajo y las actividades de las Rutas Micogastronómicas se ha incrementado la afición en La Puebla,
pero creemos que con mayor incidencia sobre las setas comestibles…
Concha: Sin
duda el creciente interés por las setas se vuelca sobre todo en su aspecto
gastronómico, pues los aficionados quieren recolectar más y mejores especies
para su consumo, y también en que cada año los bares y restaurantes de la
localidad ofrecen la “Ruta Micogastronómica”, que se realiza dentro de las
Jornadas Micológicas, tapas cada vez más
creativas y elaboradas; pero no sólo en este aspecto, sino que también hay un
interés creciente en otras facetas de los hongos como su belleza estética o su
importancia para el medio ambiente.
¿Cuáles
son las variedades de setas comestibles que se dan en La Puebla en otoño e
invierno?
Tomás: Las más
recolectadas en la localidad en otoño-invierno son, sin duda, los “faisanes de
jara” (Leccinellum corsicum),los
“faisanes de alcornoque” (Boletus aereus), la “seta de álamo” (Cyclocybe
aegerita), la “gallipierna” (Macrolepiota procera), los champiñones
silvestres (Agaricus spp.), la “seta de cardo” (Pleurotus eryngii)
y, en mucha menor medida, el “níscalo” (Lactarius deliciosus), debido a
los escasos pinares que tenemos en el término municipal.
Faisán de jara ( Leccinellum corsicum)
Faisán de alcornoque (Boletus aereus)
¿Cuáles
las de primavera?
Concha: En
primavera se encuentran algunas especies exclusivas de esta estación, como el
muy apreciado “gurumelo” (Amanita ponderosa), aunque si las condiciones
climáticas son buenas, se pueden encontrar muchas de las especies que
fructifican también en otoño o invierno, como los “faisanes”, las “setas de
álamo” y las “setas de cardo”.
Tomás,
una vez más te pedimos que nos expliques las diferencias que creas oportunas
entre lo que llamamos el faisán de jara y el de alcornoque
Son hongos que pertenecen a una misma familia
(Boletales u hongos con himenio o parte fértil de la seta formado por tubos que
terminan en poros), pero a distintos géneros: el faisán de jara pertenece al
género Leccinellum, y el de alconoque al género Boletus. Como
características distintivas más importantes, los tubos del faisán de jara son
siempre amarillentos a verdosos, y su carne primero enrojece ligeramente para
luego ennegrecer, mientras que la carne del faisán de alcornoque es siempre
blanca e inmutable al corte, y sus tubos al principio son blancos, para luego
amarillear y terminar con un tono verdoso; también su pie está adornado con una
red que el faisán de jara no presenta. Mientras el faisán de jara crece
asociado a distintas especies de jaras, el faisán de alcornoque micorriza a
alcornoques y encinas.
Seta del olivo, venenosa ( Omphalotus olearius) |
¿Cómo aconsejáis que se realice la
recolección de setas?
Tomás: Es
recomendable utilizar cesta sobre todo para favorecer la conservación de los
ejemplares recolectados esparciéndose sus esporas. La bolsa de plástico no es
adecuada, pues en ella las setas se golpean e incluso pueden fermentar por el
calor y la humedad. En cuanto al tema de cortar o arrancar, no hay estudios
científicos que avalen que una u otra forma afecte más o menos al micelio. Yo
prefiero arrancar los ejemplares porque así se pueden ver sobre el terreno
caracteres que de otra forma pueden pasar desapercibidos, como la posible volva.
Lo que en ningún caso se debe hacer es remover el terreno con un rastrillo o
con un palo, o escarbar alrededor del hongo con la navaja, lo que sí puede
afectar al micelio que es subterráneo.
¿Queréis
añadir alguna cosa más que consideréis oportuna?
Concha: Reiterar el cuidado que hay que
tener al comer setas silvestres, ya que en nuestro entorno existen especies
mortales o muy tóxicas. Recomendamos consumir sólo las especies que se conozcan
perfectamente, y mejor si sólo se recolectan las especies que se han consumido
tradicionalmente, pues aportan más seguridad alimentaria.
Tomás: Al hilo de lo que comenta Concha,
comento que se están dando casos de intoxicaciones graves en nuestra provincia
con una especie tóxica de origen tropical muy similar a las “gallipiernas”,
llamada Chlorophyllum molybdites. Se ha documentado un caso en el
Hospital de Valme en 2014. Recordar también que actividades alternativas como
la fotografía micológica pueden ser tan satisfactorias como comer un buen plato
de setas,
Solo
nos queda dar las gracias a Concha y a Tomás, por su colaboración para hacer posible el
presente reportaje, al tiempo que les reconocemos su espíritu participativo,
altruista y de servicio al pueblo en estas y otras actuaciones durante ya
muchos años. ( Fotografías: Tomás Illescas)