La Puebla de los Infantes es un pueblo todo naturaleza, esta
es una de sus señas de identidad: sus paisajes, sus olivares y dehesas, sus arroyos con sus alamedas y antiguos molinos y minas, sus fuentes y
pozos, sus pilares y albercas, sus embalses ( prácticamente tres) que rodean el
municipio, sus montañas, sus valles,… Pero además es un pueblo con un rico
patrimonio histórico, antropológico, artístico (en el que debemos incluir su
rica y variada artesanía, claro)… sin olvidar que es cierto que aquí se conoce
por todos perfectamente lo que gira en torno a la cultura del olivar y el
viaje de la aceituna, pero merece que conozcamos igual de bien otros muchos
aspectos de él, que los disfrutemos y los pongamos en valor en nuestras
conversaciones con los vecinos del pueblo y con los de fuera. En este proceso seguro
que adquiriremos más salud: la que nos proporciona el andar y relacionarnos, el
descubrir todo lo que la naturaleza nos ofrece y espera de nosotros y conocer
cómo nuestros antepasados se desenvolvieron en este enclave maravilloso.
ELOGIO DE LA VIDA SALUDABLE
Estamos asistiendo en los tiempos que corren a un gran éxito y popularidad de la actividad senderista, actividad , como sabemos, medioambiental, deportiva (no competitiva),lúdica, social, cultural… Si los sintetizáramos en uno todos los calificativos que podemos aplicarle a esta actividad podríamos hacerlo con el término saludable.
A primera vista
estaremos de acuerdo que una actividad deportiva en contacto con la naturaleza
en la que de manera entretenida podemos conocer lugares, personas, valores
históricos y arqueológicos, antropológicos… debe ser sin duda saludable. Pero a
menos que ahondemos un poco en la argumentación, posiblemente concluyamos que
es aún más saludable. En este sentido quisiera referirme a que cuando nos
disponemos a iniciar una ruta senderista, primero dejamos atrás la rutina
diaria en busca de nuevos aires, de otros lugares, de un día de asueto; y después, y lo más importante,
vamos al encuentro de lo que la humanidad ha venido haciendo durante decenas de
miles de años y, por tanto, ya impreso en nuestros genes, que es el caminar y
el desplazarnos a pie de un lugar a otro a un ritmo satisfactorio, nada
estresante, nada competitivo. Le estamos aportando a nuestro cuerpo aquello que
le es tan conocido y favorable de milenios atrás y para lo que sus estructuras,
ósea, muscular… están tan bien preparadas. De igual modo que también tenemos
sellado en nuestros genes el carácter humano del gregarismo, la vida en común,
las relaciones interpersonales, la ayuda mutua… que fomentamos con este tipo de
actividad. Las teorías en favor del individualismo son eso, teorías que nacen
de hace muy poco tiempo hasta hoy en comparación con la trayectoria de vida del
ser humano, como queda dicho, de miles y miles de años. El origen más remoto
del individualismo hemos de encontrarlo en ideas religiosas medievales en torno
al alma humana individual y a la salvación individual, que se radicalizarían,
como no podía ser de otra manera en el siglo XVIII con la Revolución Industrial
y que se han venido fomentando desde entonces por determinados
intereses que tratan de contrarrestar la
fuerza que puede producir la unión de las personas en un proyecto común, hasta
el punto de llegar a ser ideología dominante en el actual siglo XXI. Este
individualismo no es precisamente el que nos demandan nuestro cuerpo y nuestro
espíritu en pro de una buena salud física y mental ya que no le ha dado tiempo
a imprimirse en los genes del género humano.
Estas conclusiones en
torno a la influencia de nuestros genes ancestrales en la vida humana y por
tanto en nuestra salud podríamos aplicárselas a otros aspectos de nuestra
existencia como por ejemplo el de la alimentación. Hoy se nos aconseja incluir
en nuestra dieta una buena proporción de frutas, verduras, legumbres, frutos secos,
semillas...En mi modesta opinión no creo que estos productos sean buenos per se,
sencillamente que nuestros genes los reconocen y por tanto nuestro cuerpo los
asimilará mejor dadas las decenas de miles de años en que el ser humano fue
recolector y se alimentó de ellos, en mucho más espacio de tiempo que lo fue cazador o incluso agricultor, actividades
estas últimas que darían lugar a los productos elaborados para favorecer su
conservación y comercialización.
Como conclusión,
parece conveniente que volvamos la mirada a cómo ha vivido el ser humano
durante tanto tiempo atrás, lo cual no debe confundirse con que estemos abogando
por vivir como nuestros ancestros
primitivos, si lo pretendiéramos encontraríamos argumentaciones en contra de
todo tipo; la más frecuente: que hoy hemos conseguido prolongar en muchos años
nuestra vida, que vivimos con una gran facilidad y comodidad con relación a los
ancestros, etc… Simplemente se pretende que esa mirada nos ayude a reflexionar
y a descubrir tantos déficits y problemas que hoy tenemos, sobre todo en temas
de salud y de calidad de vida o quizás, mejor, de vida de calidad que en
algunos aspectos no es lo mismo. Posiblemente en dicha mirada hacia atrás encontremos explicaciones al por qué nos
asaltan tantas y tantas enfermedades,
cada vez más, y desde la más tierna infancia. O que nuestro planeta y nuestra
naturaleza ya no son lo que eran y se constata en ellos una importante
degradación que revierte y revertirá cada vez más en nuestra vida y en nuestra
salud. También descubriríamos algo importante: Aquellos seres encontraron los
medios para vivir y ayudaron a otros a vivir. De no ser así, nuestra raza
humana se habría extinguido incluso mucho antes de haber entrado en la historia.
En definitiva,
algunas reflexiones positivas que se derivan de lo dicho sería preguntarnos:
¿Qué podríamos hacer en favor de nuestro planeta y nuestra naturaleza? Nuestros
ancestros nos los legaron bastante mejor que los que tenemos…¿ Qué podríamos
aprender de aquel ser humano primitivo colaborador, solidario y amoroso? Así es
como lo califican las investigaciones realizadas por los biólogos
constructivistas, en la línea del investigador Humberto Maturana.
¿Qué podríamos hacer para tener una vida de más calidad? Que
no tuviera en cuenta obviamente tanto
mensaje engañoso publicitario y propagandístico, o lo que “todo el mundo”
hace.