Sabemos que las cigüeñas blancas tienen una
clara preferencia por las áreas rurales, y se sienten atraídas por espacios
abiertos como praderas y campos. Estas aves construyen sus nidos en estructuras humanas, como torres y chimeneas inactivas, a veces incluso
en árboles de gran altura y espesura, lugares seguros para proteger a sus
crías. En
cuanto a su alimentación, las cigüeñas prefieren zonas húmedas como ríos y
lagos, donde pueden encontrar variedad de invertebrados y pequeños
vertebrados. ( Hemos divisado bandos de ellas en épocas de crianza alimentándose en las
orillas del embalse José Torán…)
Todas estas características se cumplen en nuestro término municipal dada la cantidad de arroyos, embalses, retenciones de agua con distintas funciones…; pero apenas anidan! La mayor parte de las personas que habitamos La Puebla de los Infantes solo tenemos constancia desde muchos años atrás de un nido en una edificación en ruinas entre Las fincas de La Mata y La Adelfa. Y últimamente en un eucalipto de la desembocadura del arroyo El Búho en la margen izquierda del embalse José Torán, en clara competencia con las garzas reales que allí anidaban antes, con sonadas disputas entre ambas. Y no hemos conocido nidos en el núcleo urbano…
Búho real
Comentando el tema con personas amantes de la avifauna
constatamos que tanto el núcleo urbano de La Puebla como sus principales puntos y espacios de
agua se encuentran entre la Sierra León, al este, y su masa forestal de la
dehesa de Almenara, próximo a la localidad, en los que abundan rapaces como el
búho real, el águila perdicera, el milano lagunero… todos ellos potenciales
depredadores de las crías de cigüeñas. Y al oeste, la parte sur del Parque
Natural de la Sierra Morena de Sevilla, junto al de la
Sierra de Hornachuelos, donde viven en protección las grandes rapaces: águila real y águila imperial. Y en todos estos espacios circundantes una gran
población de mamíferos depredadores: zorro, jineta, meloncillo… Así nos
explicamos que la cigüeña blanca y también la negra tengan difícil su crianza
por estos pagos y se vea obligada a venir, por ejemplo, desde la Vega y la Campiña del Guadalquivir, que es donde más anidan, a alimentarse en nuestros humedales.
Águila imperial