sábado, 26 de diciembre de 2020

Una Navidad diferente





No descubriremos nada nuevo al comentar que esta Navidad será diferente a todas las demás anteriores, por motivos obvios de las normas restrictivas con las que hacer frente a la pandemia del Covid-19. Y es que uno de los valores que priman en estas fiestas en nuestro mundo occidental es el de la familia y por extensión la buena convivencia en armonía, en colaboración y en paz entre compañeros de trabajo, amigos, vecinos, etc... También está el valor de la solidaridad, pues nos acordamos  así mismo de los que no pueden celebrar nada por razones económicas, de enfermedad, etc... cuyo antecedente referencial es el nacimiento de Jesús en Belén. 

Nos preocupa la situación de la pandemia y sus consecuencias y estragos en las personas, tanto a nivel del sufrimiento por las enfermedades, como por la situación económica y de empleo precario que estamos abocados a padecer. Pero, puestos a preocuparnos, nos preocupa, y mucho, los resultados del cambio climático por falta de cuidado de la Humanidad a la Madre Naturaleza. Quién sabe si lo de la pandemia de Covid, como otras anteriores que han azotado al género humano, no ha sido también por su falta  de cuidado En nuestra zona para un año normal entre los meses de noviembre y diciembre debería llover al menos unos 600 litros/m2. Por aquí a finales de diciembre llevamos este año tan solo 200 litros, un tercio de lo que debería haber llovido. Las temperaturas en Sevilla, próximas a la Navidad, han estado en torno a los 20 grados. Por lo que se me ha ocurrido ilustrar el comentario, hasta ahora un poco pesimista (¿o realista?), con imágenes de la última nevada en La Puebla de los Infantes, de hace ahora 11 años, por si es la última que conozcamos, no tanto por el Covid sino por el cambio climático.







Estamos obligados, pues, a dedicarle un párrafo a lo positivo: Lo nuevo, lo diferente siempre nos crea inquietud, por lo que las situaciones anteriores es lógico que nos la cree. Pero el ser humano, dotado de inteligencia, una de sus características inherentes ha sido siempre su capacidad de adaptación a los cambios y en consecuencia el hacerle frente a todas las situaciones adversas. Por lo que:  

-El panorama que hemos dibujado al principio no debe ser algo que nos desmoralice sin hacer un análisis del porqué de todo lo que estamos viviendo, de cómo se podrían haber hecho las cosas de mejor manera.

-Debemos respondernos preguntas como: ¿ Por qué se colapsan los hospitales? ¿ Por qué nuestro sistema sanitario es precario? ¿ Por qué hay muchos sectores de la sociedad, incluido el del mundo sanitario, que reivindican todos los días un sistema sanitario público y potente? ¿ Por qué la mayoría de muertes por Covid se han venido produciendo entre los usuarios de residencias de mayores? Y así hasta un largo etcétera...  

-Otra cuestión a plantearnos es que estas situaciones adversas no nos coge a todos de igual manera. Hay sectores de la población que llamamos vulnerables por multitud de razones: empleo precario a veces en economía sumergida, una economía estatal basada en valores fluctuantes, como en el caso de España han sido en las últimas décadas la construcción o el turismo...en un país, o en nuestra Andalucía, con inmensas posibilidades de otras actividades económicas también. 

- Con motivo del parón que se ha producido con motivo de la pandemia, la Naturaleza lo ha notado favorablemente y nos marca la senda por donde debemos caminar en su cuidado: parar la contaminación a todos los niveles, dejarla vivir para que repercuta favorablemente en el género humano...




Por tanto, ánimo, porque si los problemas tienen solución lo que no podemos hacer es como el avestruz, sino hacerles frente. Tenemos las soluciones y los medios que nos proporciona la inteligencia humana, solo falta que demos los pasos adelante necesarios.

¡ Feliz y saludable Navidad, amigos y amigas! Y que el Año Nuevo nos traiga muchas buenas noticias para todos y todas !