Hemos tratado sobre la actividad milenaria de la fabricación de la cal en nuestro pueblo en las entradas 39, 101 y 113. Le dedicamos esta, la 159, a modo de recapitulación y conclusiones sobre lo expuesto y vivido en torno a este tema y que podríamos resumir en lo que sigue
Calera de Adrián Santana Asenjo en el cordel de Hornachuelos
Si en el blog hay ya cuatro entradas sobre las
caleras seguramente será porque el que esto escribe se siente muy vinculado y
comprometido con ellas: Las caleras de La Puebla de los Infantes constituyen un
riquísimo patrimonio histórico, etnológico y hasta arquitectónico ( Ley de Patrimonio
Histórico de Andalucía), Patrimonio de la Humanidad desde 2011, susceptibles de
catalogarse como BICs ( bienes de interés cultural), que estamos obligados a informar sobre ellas y
legar a las generaciones futuras, aparte ser un magnífico recurso sostenible de
puesta en valor de nuestro pueblo y su
futuro por la oportunidad que se nos ofrece dado que somos de los pocos pueblos
que conservamos un gran número de ellas en toda Andalucía.
Tenemos muchas caleras en nuestro municipio: unas en dehesas y olivares, otras en espacios públicos ( las menos, solo cuatro). Su estado de conservación invita a una actuación de protección y puesta en valor, sin demora. Pero por lo menos somos de los pocos lugares de Andalucía donde se conservan un gran número de ellas, junto a las de Morón de la Frontera, Montellano y poco más. Posiblemente haya sido por un proceso emocional de tradición y de afirmación identitaria que lo ha hecho posible.
En
nuestro entorno comarcal comprobamos que apenas se conservan. Hay algunas en el
municipio de Peñaflor, concretamente en la dehesa de Almenara,( una de ellas del
puebleño Manuel Saravia Martínez, “El Rubio”), casi todas ellas ya en estado ruinoso
por el estrago causado por la ganadería. Aunque existe una en buen estado en este espacio y otra en la
Mesa Cordobesa, en El Turruñuelo.
Todas
las personas de La Puebla se sienten emocionalmente vinculadas a este
patrimonio humilde ( pero no por ello menos importante) aparte hay puebleños
con el sobrenombre de “Caleros-Caleras” que llegaron a trabajar en esta
actividad, ayudándoles a sus padres. En la última década, hemos estado un grupo
reducido de personas de La Puebla con un gran interés por la conservación y
puesta en valor de las caleras, que “por amor al arte” hemos estado
visitándolas ( en repetidas ocasiones la de Juan Antonio Saravia Martínez, el
último calero, en el Ganchal) investigando sobre ellas, difundiéndolas y
enseñándolas a grupos de otros pueblos que nos lo han pedido, y hasta
realizándoles pequeños trabajos de conservación y presentación.
En relación con lo anterior debemos añadir que los cuidados que nuestras caleras necesitan para su conservación y puesta en valor, requiere de más recursos que los que podamos aportar un pequeño grupo de personas con sus propios medios. Requeriría de la toma de conciencia de muchas más y, por supuesto, de las Administraciones Públicas, a quienes las leyes se lo exigen.
El monte, apoderándose de una hermosa calera puebleña
Creemos
que dado que La Puebla de los Infantes está a la cabeza de Andalucía, junto con
Morón y Montellano en cuanto a conservación de sus caleras, valdría la pena que
apostáramos por ellas por atender lo que marcan las leyes sobre ellas y porque
ayudaría a una mayor relevancia de nuestro pueblo, a un turismo rural y
cultural sostenible, etc.
Si
os interesa el tema, estamos abiertos a sugerencias, apoyo, actuaciones… en los
teléfonos: 630083612 y 606202614.
Muchas
gracias.